Ejercicios para la espondiloartritis axial

El ejercicio físico es un pilar básico del tratamiento de la Espondiloartritis Axial, con importantes beneficios para el paciente: disminuye el dolor y la rigidez, mejora la forma física y la fuerza y ayuda a reducir el peso, la tensión arterial y el colesterol.

Practicar ejercicio mejora la calidad de los huesos, músculos y articulaciones, además de ayudar a dormir mejor y a mantener a raya la depresión y la ansiedad. En definitiva, la actividad física ayuda al paciente a encontrarse mejor y a mejorar su calidad de vida.

Ejercicios Aeróbicos. Teniendo en cuenta que Aeróbico significa “con oxígeno”, este tipo de ejercicio implica un trabajo en el que el músculo obtienen el oxígeno de la sangre que necesita para mantener una actividad sostenida y prolongada. Aumenta el flujo de sangre a través del corazón. Caminar, correr, nadar o montar en bicicleta son algunos ejemplos de este tipo de ejercicio.

Ejercicios de fortalecimiento. Son ejercicios dirigidos a aumentar la fuerza de los músculos y se realizan con resistencias como pesas, bandas elásticas, etc.

Ejercicios Isométricos. Son ejercicios de fortalecimiento muscular en los que se realiza una contracción muscular mantenida sin movilizar la articulación. Pueden ser de utilidad en los casos de inflamación articular aguda.

Ejercicio de Estiramiento (elasticidad). Son movimientos dirigidos a mejorar la movilidad y prevenir lesiones. Permiten aumentar el rango de movilidad de las articulaciones y ayudan a mantener la función musculo-esquelética, el equilibrio y la agilidad.

Lo más indicado es combinar ejercicio aeróbico de bajo impacto, ejercicios respiratorios y fortalecimiento y flexibilidad de la musculatura. Existen ejercicios específicos según las fases y estadios de la enfermedad, aunque lo más recomendable es que los ejercicios se adapten a cada caso concreto.

Además, se ha visto que los ejercicios que más beneficios tienen para el paciente son los ejercicios en grupo con supervisión.

Existen programas de ejercicios según el estadio de la enfermedad:

  • En fases iniciales se recomienda un programa de ejercicio aeróbico y de fortalecimiento.
  • En fases intermedias en las que haya una limitación parcial de la movilidad, se debe combinar ejercicio aeróbico, fortalecimiento y estiramiento.
  • En fases tardías, por ejemplo, en los casos con anquilosis, se pueden combinar ejercicios aeróbicos y de fortalecimiento.
  • En caso de brote o dolor, se debe evitar la inmovilización, ya que la actividad física ayuda a mejorar el dolor y la movilidad espinal. En estos casos, lo que se debe hacer es disminuir la frecuencia y la intensidad del ejercicio, limitando los rangos de movilidad a los límites “no dolorosos”.
  • En la afectación periférica de la Espondiloartritis Axial según la actividad de la enfermedad, cuando el paciente se encuentre ante un brote agudo y una vez recuperado el brote agudo se recomendará mantener una actividad física adecuada a la articulación afectada.

Ejercicio físico en la espondiloartritis con afectación periférica: 

El ejercicio debe ser personalizado para adaptarlo a las necesidades de cada paciente. Deberá realizarse la mayor parte de los días de la semana, en sesiones de 30-45 minutos.

-En fases iniciales de la enfermedad en las que aún no haya demasiada afectación ni dolor articular, lo ideal es combinar los tres ejercicios que se presentan a continuación:

1.- Ejercicio aeróbico: Al menos tres días a la semana. Se puede elegir uno o varios tipos de ejercicios; aunque estos son algunos de los más recomendados: caminar a paso ligero, bicicleta, natación y baile.

2.- Ejercicios de fortalecimiento: Dos o tres veces a la semana. Ejercicios con los brazos, las piernas y el tronco, comenzando sin peso y añadiendo después pesos ligeros o gomas elásticas, según tolerancia.

3.- Ejercicios de estiramiento: Al finalizar cada sesión de ejercicio.

Generalmente, deben realizar en aquellas articulaciones cuyo movimiento esté limitado.

-En fases activas de la enfermedad en las que ya existe dolor e hinchazón articular es recomendable mantener el ejercicio, siempre que el paciente lo tolere, aunque se deberá limitar según la aparición del dolor: se reducirá la intensidad del ejercicio o se hará reposo cuando sea necesario.

Beneficios del ejercicio en la espondiloartritis axial: 

1. Ayuda a mantener y mejorar la calidad del hueso, el músculo y las articulaciones.

2. Disminuye el dolor y la rigidez.

3. Mejora la movilidad articular y la situación funcional.

4. Aumenta la fuerza muscular y la masa ósea y reduce el riesgo de caídas.

5. Mejora la forma física.

6. Reduce la tensión arterial y el sobrepeso, mejora el perfil lipídico y la composición corporal y disminuye el riesgo cardiovascular.

7. Mejora la depresión y la ansiedad y mejora la calidad y el ritmo del sueño.

8. Mejora la valoración global de la enfermedad por parte del enfermo.

Fonte: Espondilopedia

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